"UN TRABAJO DIFICIL POR LA CRISIS".

 

"UNA CORTESANA HERMOSA".

.-Si les cuento esta historia;
de mi vida y mis andanzas,
con mis penas y mucha gloria...
La felicidad se alcanza.

Pero hay que ser modesta;
y contentarse con poco,
hubo cosas que molestan...
He tenido amantes locos.

Tengo manías muy raras;
miro quien llama a mi puerta,
la vida que esta muy cara...
Y mi hambre se despierta.

La puerta se encuentra vieja;
hay que cambiarla sin duda,
la recubren una rejas...
Porque la vida es muy dura.

Les explico una historia;
es una vida comprada,
yo vivo casi en la gloria...
Soy feliz y muy amada:
 
Una dama en un espejo
su rostro se contemplaba,
tersos y lindos sus pellejos...
Se encontraba embelesada.

.-¡Me devuelves esa imagen!;
como una mujer muy tonta,
no me seas tan salvaje...
¡Mira que no soy tan corta!.

Como un pergamino ajado;
donde suscribir mi historia,
el espejo me ha alegrado...
Y reconoce mi gloria.

Ya he cumplido aniversarios;
mi cabello es muy sedoso,
mis dientes era un rosario...
Mis ojos verdes preciosos.

De oro tengo el cabello;
mi cara pura y de nácar,
mi cuerpo lindo y  muy bello... 
Hermosas mi dos maracas

Con unas piernas preciosas;
y una cintura de abeja,
siendo bella y generosa...
No soy joven; ni tan vieja.

Con salario en mis quehaceres;
con un trabajo tan fino,
mi pies parecen pinceles...
Porque bebo algo de vino.





"SEGUNDO ACTO:

Sorprendida y asustada;
púes mi imagen me seguía,
y me acerco a mi ventana...
Abro el portón en su guia.

Un viento frío de lejos;
y cierro mis dos ventanas,
una cerca del espejo...
Y otra lejos de mi cama.

Esta cama ha conocido;
unos amores preciosos,
y unos cuantos retorcidos...
Con jóvenes fabulosos.

Con el último en la nada;
vino borracho y muy prieto,
con su  figura cascada...
Y no quedó muy contento.

Conocí a un amor muy dulce;
tan tierno que empalagaba,
mi paladar lo traduce...
Y dulce como la algara.

Después conocí a un moro;
moreno y con mucha labia,
hablaba más que cien loros...
Con unas manos muy sabias.

Con él mi cuerpo se hartaba;
y aprovechar la ocasión,
al sentirme tan amada...
¡La madre que lo parió!.

Hacia daño cuando entraba;
pero el gusto era inmenso,
gemía y se me escapaba...
¡Aquello era un portento!

Luego conocí a un negro;
era fuerte y musculoso,
aquello tubo mas riesgo...
Pero lindo y muy hermoso.

Pero tuve un gran amante;
tan dulce como la miel,
era muy lindo y galante...
Muy tersa tenia su piel.

Era un joven muy esbelto;
guapo y pelo muy rizado,
era educado y muy recto...
Con su piel color rosado.

Con mi mundana alegría;
ya les seguiré contando,
que gasto mis energías...
Y en mi cama voy cobrando.

"Guti". "El romancero".

 
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