viernes, 12 de noviembre de 2010

"UNA HISTORIA PARA CONTAR".

"LA HISTORIA DE DON CAPRICHO".

Le llamaban Don capricho;
era tan claro y abierto,
que más bien era otro bicho...
muy mariquita y despierto.

Elegante y buenos trajes;
angosto de pensamientos,
siempre le hacían marcajes
Más él creaba otro entuerto.

Eran caminos tan anchos;
con sus aceras pulidas,
¡¡pero lo suyo; el gazpacho...
Racionados en sus comidas.

-¿Me preguntarán porqué;
mezclo aceras con gazpacho,
si es mucho ese menester...
¡¡Que conste que soy gabacho.

Soy francés de nacimiento;
mi Madre es muy malagueña,
como mujer un portento...
Como explicó la cigüeña.

Según dicen malas lenguas;
yo más bien soy "inflapóllas",
¡¡joder es que no dan tregua...
Yo como en plato, no en olla.

Cuando dicen que soy fino;

y parezco un mariquita,
soy francés no filipino...
Oigo y cayó como "chita"

Reconozco que soy fatuo;
y también un poco "quisquilla",
pero nunca pierdo olfato...
¡¡Y me encantan las "rosquillas".

¡¡Madre, ¿por qué me trajiste,
sino he conocido Padre,
¿¡¡no digas que fue un despiste...
Eres lista y no un desmadre.

A la orilla en la ribera;
muy cerquita de la mar,
a la sombra; una palmera...
No muy lejos había un bar.

Con vista condecorada;
por los aires marineros,
una joven se enredaba...
Con un viejo camarero.

Vi su gran melena al viento;
y sobre el viento su cuerpo
sus pechos grandes y prietos...
En mi cuerpo ya no quepo.

Estrofas de agua salada;
como "querubín" en celo,
al agua se anticipaba...
¡¡Era un ángel; era un cielo.

Una playa desdentada;
una arena fina y roja,
entre las barcas plantadas...
Con crucifijos de rosas.

Con las cosechas logradas;
se divertían las mozas,
el chiringuito y sus gradas...
Lleno de niñas hermosas.

Palabras de amor constantes;
a oídos de bellas mozas,
y el camarero marchante...
No estaba para estas cosas.

Pero con distinto acento;
se me acercó la morena,
se me heló hasta el aliento...
Mi cara; como un poema.

La eterna estrofa del viento;
que acaricia a enamorados,
es música; con sentimiento...
Son los besos que se han dado.

Palabras de amor ardientes;
breve ternura y amores,
bocas pellejos y dientes...
Y vuelcos de corazones.

Suspiros de caramelos;
caricias locas; calientes,
a la vista de un velero...
Labios; palabra indecente.

Mis cosas estaba mirando;
con una sonrisa abierta,
las parejas iban mimando...
Con sus sonrisas secretas.

-¿Es español o extranjero;
preguntó con dulce acento,
-acaudalado minero...
¡¡La moza era un portento.

¿Si de lejos era hermosa;
de cerca se mejoraba,
oliendo como las rosas...
A mi Madre recordaba.

Morena altiva y serena;
fina estampa; bella yegua,
la montaría por la arena...
Y no le daría más tregua.

-Miráis muy perseverante;
¿le recuerdo a su mujer,
será novia muy distante...
Según creo y al parecer.

Se equivoca bella moza;
tengo pinta de soltero,
si fuera así; seria hermosa...
Creo ser guapo y moreno.

No tengo novia ni esposa;
de hierro tendría que ser,
más tu eres linda y preciosa...
Y te tendría que querer.

-Tiene la lengua muy suelta;
se ve que tiene carácter,
a primera vista huelgan...
Su prestancia; echaba plante.

Yo tengo un novio muy serio;
es artista de teatro,
no es muy guapo, ni muy fiero...
¿Creo que llevo un retrato.

Me dejó presta la foto;
y vi a un hombre muy seco,
medio calvo y muy fofo...
¡¡Joder parecía un feto.

Me guardé de contestarle;

mirando altas barandas,
¿que hombre podría contarle...
Desde mi pueblo a Arganda.

Temblando en los tejadillos;
las ardillas se calmaban,
en la calle los chiquillos...
Y las puertas con su aldaba.

Decidí acompañarla;
desde la playa hasta el pueblo,
el camino en la "escardada"...
Y pululando los cuervos.

Calles de menta y de azúcar;
con olores de romero,
de vez en cuando se cruzan...
Un atajo de borregos.

Era el pueblo de María;
un pueblo de hermosa estampa,
muy cerca de la bahía...
Con sus casitas tan blancas.

Con ojos de frías rampas;
la luna se paseaba,
sosteniéndose en el agua...
Su brillantez mareaba.

En una pequeña plaza;
jovenzuelos muy borrachos,
discutían y peleaban...
¡¡No me metía soy gabacho.

Llegué donde había aparcado;
dos barcos vi en la mar,
encontré el coche arañado...
¡¡Me cagué; hasta estallar.

Son cosas "barriobajéras";
de jóvenes sin trabajo,
o de hombres sin maneras...
¿¡¡A quien le importa carajo.

Habían pasado tres meses;
y vestí ruinosa cama,
con mi María de "entremés"...
sobre la suave almohadas.

Y aquí se acaba la historia;
al que llaman "Don Capricho",
con su María en la gloria...
¡¡Es persona; ya no es bicho.

"Moraleja:

"No por mucho presumir;
vistiendo trajes tan caros,
tanto "cup" y tanto "in"...
Pasarás bien por el "aro".

"Guti".

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