domingo, 8 de agosto de 2021

"UNA HISTORIA CON 50 GRADOS".


"UNA NOCHE DE ALTO VOLTAJE". 

.- Les explicare este cuento.
Con detalles escabrosos.
Este fue un bello encuentro...
Siendo lindo era hermoso.

No se si estaré orgulloso.
Como hombre la alababa.
Me considero un buen mozo...
Con la noche lo aguardaba.

Sus besos de mermelada.
Y sus escritos en poemas.
Los recibo como balas...
Pero también con sus penas.

Era muy rubia y morena.
Aquí se acaban la pistas.
Ella vivía sus condenas...
Lo nuestro solo era mixta.

Sólo he tenido esta cita.
Con su sitio y sus cuidados.
Noche con muy buena pinta...
Libres donde nos amamos.

Con tiempo hemos llamado.
Casi siempre con la Peña.
Hoy por fin hemos cenado...
Aquí se acaban las greñas.

Una pensión extremeña.
Sirvió para el albedrío.
Una casa muy pequeña...
Pero en invierno hace frío.

A cien metros pasa un río.
De casas hemos visto varias.
Son de pastores y sus líos...
Mujeres sexagenarias.

Una noche extraordinaria.
Gozando pleno el amor.
Con poses muy ordinarias...
Que hasta tuvimos calor.

Sin las caricias hay dolor.
Sus besos como la miel.
Sus hechuras y su color...
Siendo seda hasta su piel.

Como mujer tenía un diez.
Crujía hasta el mismo lecho
Todo sirva para bien...
Culminando bien los hechos.

Pechos mirando al techo.
Con pezones puntiagudos.
Los dos grandes y derechos...
A veces quedaba mudo.

Su rosa en lugar oscuro.
Con su aroma y sus olores.
Esperaba algo muy duro...
Lo marca las tradiciones.

Se abrió con sus dos razones.
Y el gran galope se inicia.
Se apuntalan sus pezones...
Y verlos es una delicia.

Ocurrencia en mi Galicia.
Con parangón ortodoxo.
Que los vivos si se envician...
Son más plenos en sus gozos.

Con su vientre orgulloso.
Era plano y poca grasa.
Ni muy corto y perezoso...
La penetraba en sus brasas.

Entre gemidos me abraza.
Se sube sobre mi pecho.
Una amazona con gracia...
Apenas miraba al techo.

Dos armarios junto al lecho.
Cuatro sillas y una mesa.
Con dos metros hasta el techo...
Casi rosa mi cabeza.

Las posturas calabresas.
Como las vacas que mugen.
Las italianas y francesas...
Son las que invita y rugen.

La penetración y empuje.
Me dio una bienvenida.
Un invitado que cruje...
También como despedida.

No fue una noche perdida.
Ataque valientemente.
Fueron horas bendecidas...
¡No era normal ni corriente!.

Se lamenta ardientemente.
Sus quejidos son su gozo.
Y yo como un inocente...
Hice un trabajo precioso.

El sol salía orgulloso.
Llegó hasta mi almohada.
El astro era un gran coloso...
Mientras miraba mi amada.

La despedí en la mañana
La noche fue maravillosa.
¿Quien sabe en otra semana?...
Tener más noches preciosas.

"Autor: Jesús Gutiérrez Pascual.- Guti. 

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