"MIS RECUERDOS EN SOLEDAD".
Hace años me ocurrió;
que un encuentro saleroso,
un ángel me apareció...
Un ángel lindo y hermoso.
Rubita y ojos azules;
y con un cuerpo precioso,
en un bar de los "Antunez"...
Mirándola receloso.
Me surgían pensamientos;
al admirar tal belleza,
siendo mi vida un tormento...
No siendo de realeza.
Siendo una hermosa visión;
critiqué sus compañias,
dos hombres con "camisón"...
Trabajadores del día.
Pero pronto me dí cuenta;
que la estaban molestando,
eran pájaros de "cuentas"...
Con camisones y cantando.
Me acerqué muy cauteloso;
sentándome en una silla,
uno estaba muy goloso...
Y el otro casi me chilla.
Me metía en berengenales;
y eso que yo estaba en forma,
parecían dos generales...
Más, no merecían las normas.
Uno que la retenía;
un joven muy corpulento,
al oído le decía...
Te llevo a mi apartamento.
El otro ya me avisaba;
era viejo y medio tuerto,
me miraba y presentaba...
Un cuchillo en un envuelto.
Aquello era una amenaza;
si me metía con el tuerto,
el otro con sus manazas...
Le sobaba todo el cuerpo.
Los clientes se marcharon;
viendo lo que está pasando,
el camarero parado...
Muy serio y descansando.
Me acerqué al mostrador;
y le dije dos palabras,
el joven me demostró...
Ser familia del que hablaba.
No teniendo solución;
agarré un buen taburete,
como dice la canción...
Los dos fueron al "retrete".
Me revolví muy furioso;
miré fijo sin consuelo,
en el suelo estaba el "oso"...
Desparramado en el suelo.
El tuerto sacó el cuchillo;
con el taburete en ristre,
chillaba como un chiquillo...
De un golpe quedó "muy triste".
La saqué casi en volandas;
la joven me dio las gracias,
nerviosa se me atraganta...
Por salir de la desgracia.
Llegamos cerca del coche;
donde lo había aparcado,
era ya casi de noche...
La noté muy espantado.
En el brazo una herida;
y morado tenia un pecho,
ya la tenia conseguida...
Me relató con los hechos.
Era el hijo del casero;
el más joven de los pillos,
era feo y muy moreno...
El tuerto otro buen grillo.
Uno clamaba su fuerza;
el otro tenia su ingenio,
para que el joven no tuerza...
El tuerto tenia mal genio.
No podía irse a su casa;
y tampoco denunciarlos,
gentuza con mala casta...
Se lo habían anunciado.
Le pregunté si tenia;
algún familiar cercano,
se que tampoco debía...
Dejarla en un "mal mercado".
Dijome vivía muy sola;
y su familia muy lejos,
en sus ojos vi las olas...
En un mar con dos pellejos.
Me la llevé a mi casa;
me miró agradecida,
se veía que era de casta...
Con mirada ensombrecida.
Así pasaron tres meses;
era una maravilla,
cada día crece y crece...
Y seria buena costilla.
La invité a buena cena;
en restaurante de lujo,
para mi una condena...
Nervioso y muy confuso.
En los postres con buen queso;
le entregué un gran anillo,
me aceptó con los tres besos...
Y reía como un chiquillo.
Aquí se acaba la historia;
de uno que fue muy feliz
con mi mujer en la gloria...
Más nunca comí perdiz.
Juegan estando en el césped;
dos rabietas muy hermosas,
con los ojos color verdes...
tan lindas y tan preciosas.
¿Quién habla de soledades;
si de soledad yo vengo,
me rodean familiares...
Y con ellos me entretengo.
Mi mujer murió muy joven;
murió en su segundo parto,
era comadrona novel...
Desde entonces estoy muy harto.
Quiso tenerla en su casa;
como la tuvo su Madre,
sabiendo que era de casta...
Yo era sólo un compadre.
Un sargenton con carrera;
mandona y muy cariñosa,
me sentaba en la escalera...
Para verla tan hermosa.
Estoy mirando su imagen;
en cuadro del comedor,
a veces era muy salvaje...
Pero nunca dio perdón.
Estaba hermosa en la cama;
me miraba y sonreía,
miraba con mucha calma...
Yo la amaba y la quería.
"Guti". "El romancero".
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