.- Hay divorcios muy oscuros.
Hay abogados indecentes.
Con trámites que son duros...
Al buen decir de la gente.
Mormones y delincuentes.
Y pagan los sufridores.
En los borrachos frecuente...
Siempre por estafadores.
Acechan y son ladrones.
Pero algunos se enamoran.
Pasando a ser los mirones...
Se convierten y las adoran.
Con ojos negros de mora.
Con su elegancia fascinan.
Son cómplices a todas horas...
Si sale mal la asesinan.
Normalmente son vecinas.
Renovados como humamos.
Se hacen novios y las miman...
Son celosos feos y enanos.
Pero llegando el verano.
Se desmelenan en la ropa.
Hay varones veteranos...
Que consienten con la tropa.
Entre alegría y las copas.
Llegan las proposiciones.
Con las fiestas y las coplas...
Convalidan las traiciones.
Por norma son tradiciones.
En los pueblos y las ciudades.
Aumentan las maldiciones...
Y comienzan las maldades.
Son los mayores en edades.
Que miran con malos ojos.
Con sus celos y vanidades...
¡Las meten bajo cerrojo!.
Las casadas con su enojo.
Las mocitas más ardientes.
Acaban con sus sonrojos...
Sacando un sobresaliente.
Buscan amores valientes.
Con los guapos con futuro.
Son lindos bellos y fuertes...
Con devaneos oscuros.
Su trabajo diario es duro.
Hay maridos impotentes.
Entre maltratos son nulos...
La minoría residentes.
Son minoría ante la muerte.
Esas son las cortejadas.
La mayoría son decentes...
Son más honradas y amadas.
Hay multitud de llamadas:
.- ¡Por favor quiero una pizza!.
.- Señora la veo alarmada...
¡Tranquila que ahora la guisan!.
Y pagan los sufridores.
En los borrachos frecuente...
Siempre por estafadores.
Acechan y son ladrones.
Pero algunos se enamoran.
Pasando a ser los mirones...
Se convierten y las adoran.
Con ojos negros de mora.
Con su elegancia fascinan.
Son cómplices a todas horas...
Si sale mal la asesinan.
Normalmente son vecinas.
Renovados como humamos.
Se hacen novios y las miman...
Son celosos feos y enanos.
Pero llegando el verano.
Se desmelenan en la ropa.
Hay varones veteranos...
Que consienten con la tropa.
Entre alegría y las copas.
Llegan las proposiciones.
Con las fiestas y las coplas...
Convalidan las traiciones.
Por norma son tradiciones.
En los pueblos y las ciudades.
Aumentan las maldiciones...
Y comienzan las maldades.
Son los mayores en edades.
Que miran con malos ojos.
Con sus celos y vanidades...
¡Las meten bajo cerrojo!.
Las casadas con su enojo.
Las mocitas más ardientes.
Acaban con sus sonrojos...
Sacando un sobresaliente.
Buscan amores valientes.
Con los guapos con futuro.
Son lindos bellos y fuertes...
Con devaneos oscuros.
Su trabajo diario es duro.
Hay maridos impotentes.
Entre maltratos son nulos...
La minoría residentes.
Son minoría ante la muerte.
Esas son las cortejadas.
La mayoría son decentes...
Son más honradas y amadas.
Hay multitud de llamadas:
.- ¡Por favor quiero una pizza!.
.- Señora la veo alarmada...
¡Tranquila que ahora la guisan!.
Autor: Jesús Gutiérrez Pascual.- Guti.
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