“UN INFANTE MENDIGO”
No era hermoso, ni bonito,
el contemplar,
los gesticulantes gestos,
de aquel mísero niño,
mientras devoraba con avidez...
Restos, de lo que fuè un bocadillo.
El frío de la noche...
Penetró en mi Alma...
Como estiletes de acero bruñido.
Contemplé su triste mirada,
él me vio y se me acercó,
y puso su manita abierta, sin palabras,
en silencio, con la mirada perdida...
Y con la cara espantada.
Se me hizo un nudo en mi garganta.
¡Me dio pena!.. Me dio rabia,
al recordar mi niñez,
sin su frío ni sus ansias...
Con futuro y esperanzas.
Le pregunté por sus padres,
y él me contó sus miserias:
Su padre, en la cárcel estaba...
Su madre murió de penas.
La angustia, se apoderó de mí,
como buitres carroñeros...
Se apoderan,
de los animales muertos...
De Madre Naturaleza.
¡Quise gritar justicia!,
pero grité clemencia,
para gentes indecentes...
Que no hacen obras buenas.
¿Ya no existe la honradez?...
¿Ya no existe gente buena?.
Llora mi Alma, y mi corazón de pena.
“ Para vivir feliz con nuestra conciencia...
Solo tenemos que colocarnos una venda...
Para no ver las miserias que nos rodean.”
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