viernes, 3 de septiembre de 2010

"EL CUENTO DE NUNCA JAMÁS".

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UNA HISTORIA COMO EL TIEMPO".

"Este pensamiento es mío;
se desvanece en el tiempo,
a la "orillita" del río...
Con tempestades y vientos.

Yo lo he hecho y lo provoco;
con esta historia tan chunga,
ya me encuentro medio loco...
Por meter bien las pezuñas.

El atreverme es bastante;
y si disculpas pedís.
no siendo un mata-gigantes...
No como ni soy feliz.

Pensamientos infundados;
vos que vivís y no amáis,
los amores reforzarlos...
O se irán si los dejáis.

Pensad bien en este cuento;
que aunque parece pesado,
en torreones encuentro...
Muchos chulos "encoñados".

He comenzado el final;
para encontrar el entuerto,
con un cerdo y animal...
Drogado, borracho y muerto:

Cuando "vuesa" Señoría;
me perdone si me atrevo,
no comentar tonterías...
Me coja bien el relevo.

Para que cumpla el contrato;
sin haberme dado plazos,
tendría que aceptar al tacto...
No terminando en pedazos.

Enamorado me encuentro;
de una doncella de ensueño,
de una princesa de cuento...
Quisiera vivir de dueño.

Se que es pedir un milagro;
hacerme con sus favores,
si lo consigo; ¿que halago...
Su cuerpo, besos y labores.

Ahora le explico el cuento;
de un buen día y no olvidas,
la moza tuvo un encuentro...
¿Por ventura es Leónidas.

Se lo explicaré en un vuelco;
con rapidez y buen juicio,
soy honrado y no soy hueco...
No cometiendo perjuicios.

Si me asusta mi sustento;
con esperanzas le hablo,
le comento muy contento...
Si no me escucha me enrabio.

Mas le advierto mi premura;
que el placer más verdadero,
que este tiempo ya me apura...
Terminar en un vertedero.

Tengo medios y fortuna;
buena casa y servidores,
soy miedoso a la tortura...
Y no tengo acreedores.

¿Si he de comprar voluntades;
también pago mis "tribunos"
tengo amigos ejemplares...
Aunque alguno es muy cornudo.

Yo adoro a esa doncella;
y a mi me adora en secreto,
no existe mujer más bella...
Y le soy muy concreto.

Y prosigo mi relato;
del encuentro traicionero,
de la doncella y su trato...
De uno decía ser misionero.

Tuvieron buena pelea;
quería robarle la bolsa,
un hombre bajo en ralea...
Dos bofetones le endosa.

Entendiendo y no soy necio;
un fuerte criado porto,
por eso le tengo aprecio...
Para no hacerme un buen roto.

Por fin y tras amenazas;
el bucanero hizo risas,
lo detuve por manazas...
Más se marchó muy aprisa.

La doncella cayó al suelo;
mi aturdimiento fue poco,
le rogué y pidiendo al cielo...
Que no me volviera loco.

Cuando abrió sus bellos ojos;
me recordó en solitario,
-¿si me miráis me sonrojo...
Siendo esto extraordinario.

¿Como estáis bella doncella;
habéis pasado un buen susto,
pensé; ¡¡Dios mio que bella...
¡¡Que placer y tan buen gusto.

Antes que se despertara;
ya despedí a "Lucrécio",
precisando alguna tara...
Que al despertar obtuve aprecio.

¿Que podréis pensar tal vez;
que mi arrojo fue muy nulo,
fui educado también...
A guardarme siendo un chulo.

La mitad de este relato;
lo pienso, más lo retengo,
no podría contar tal trato...
Sólo lo que quiero entrego.

Aquel hombre me miraba;
masticando bien mi historia,
con verlo me horrorizaba...
Verlo sufrir, daba gloria.

Cuando acabe este cuento;

me mondaré de tal risa,
creo no contar el encuentro...
Para no marchar deprisa.

Con su permiso primero;

con su venia Señoría,
me quitaré mi sombrero...
Y llame a esa bella mía.

Leónidas será mi esposa;

si ella quiere, y bien os "place",
tan bella como una rosa...
No hay flor que me la reemplace.

Que sobre flores humildes;

que en el campo me saludan,
no hay caballero me tilde...
Y las manejo una a una.

Aceptando las mentiras;

de un caballero tan noble,
con los embustes, la tira...
Se besaron bajo un roble.

Por lo menos eran quinientos;

en el día de la boda,
alegría sin sufrimientos...
Bebiendo hasta la "gola".

Lo primero que yo hice;

fue despedir a "Lucrecio",
lo quería y me deshice...
De aquel mozarrón tan recio.

Pasaron los cinco años;

los cinco años primeros,
aunque no le hacia daño...
Soy Don Juan el "Buen remero".

Sólo dos años duró;

mi amor por mi bella esposa,
¡¡les juro que perduró...
Aquel brillo, esa cosa.

las juergas y francachelas;

multiplicadas por tres,
con tetas como cazuelas...
Con mujeres como un tren.

Cierto día me dijo -¡¡basta!!;

¿si esta noche no haces gala,
con valentía de tu casta...
¡¡Harás que caiga mi baba.

¿Si no cumples como un hombre;

tendré que buscar remedio,
no te diré ningún nombre...
No quiero enredos en medio.

¡¡Pero te juro Don Juan;

que si no recibo amor,
destrozaré bien mi ajuar...
Con "otros" que den razón.

Mal comienzo aquella noche;

muy pronto finalizó,
Leónidas ordenó a su coche...
Arreando un buen portón.

Han pasado cinco años;

sus amigos le recuerdan,
Leónidas hacia más daño...
Y los cuernos se refuerzan.

Alejado de las juergas;

se abandonó a la bebida,
sus criados hacían su huelga...
Gritándole sus medidas.

Sus tierras abandonadas;

la pradera estaba seca,
sus labriegos no cobraban,
Y gritando; ¿aquí quien peca?.

Algunos si perdonaban...

sabían que estaba mudo,
sus miserias estancadas...
Muy sucio y muy cornudo.

Y aquí se acaba esta historia;

tan larga, más muy amena,
Leónidas en buena gloria...
¡¡Cada día estaba más buena.

Recoges lo que has "sembrao";

con mentiras y con embustes,
ahora estás "acorralao"...
¡¡Este ha sido un buen ajuste".

"Guti".

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