"ERA LARGA Y MUY GORDOTA".

"EL CIPOTE DE ARCHIDONA".

.- Soy una mujer preciosa.
Alejo las aventuras.
Soy bella y escandalosa...
En soledades oscuras.

Mis miras de gran altura.
Le hice a un galán la encuesta.
Yo tengo estudios y cultura...
Él me hizo una propuesta.

Fue la alegría de la huerta.
Hay que verla toda entera.
¡Madre santa da la vuelta!...
¡Parece una enredadera!.

Soy una mujer austera.
Este hombre es de Archidona.
Nunca fui una embustera...
Soy linda y muy mujerona.

Los del pueblo no me entonan.
No me gustan sus mujeres.
Sólo un macho de Archidona...
Me enamora en mis placeres.

Él bien cumple sus deberes.
Le han puesto un mote ofensivo.
Según cuentan las mujeres...
¡El cipote arrepentido!.

Dicen que se le ha escondido.
En el forro de un capazo.
Pedazo que va prendido...
Y va creciendo hasta marzo.

Yo he visto sólo un pedazo.
¡Nunca la he visto tan grande!.
¡Pero miren no hagan caso!...
¡Sólo es la punta del glande!.

Un cipote negro y grande.
Largo gordo y arrugado.
Crece aún más por la tarde...
Destrozada me ha dejado.

¡En mi vida me he quejado!.
Sentí nauseas en mi garganta.
Vi el cipote tan cercano...
Y llorando dije: ¡Basta!.

En verdad eso te harta.
Sólo fue un pequeño trozo.
Hay que ver como la gasta...
¡Es grande bello y hermoso!.

Entró en mi cuerpo glorioso.
Arrasando mis entrañas.
Penetrando victorioso...
Con solturas muy extrañas.

Su dureza no me engaña.
Sus meneos me fascinan.
¡Yo juro que no es patraña!
¡Pongo una toalla encima!.

La han visto siete vecinas.
¡Madre santa vaya holgura!.
Su cipote es una encina...
¡Ay por Dios!: ¿Vaya locura?.

¡Hasta cinco y sigue dura!.
Y mi cuerpo se estremece.
Tengo llagas y quemaduras...
¡A este paso vendrán trece!.

Mi cuerpo se lo agradece.
Asombrada me he quedado.
¿A ustedes que le parece?...
¡Esto sólo ha comenzado!.

Me ha mimado y destrozado.
He visto un sinfín de estrellas.
Su cipote ha enamorado...
¡A las mujeres más bellas!.

Sus maridos con querellas.
El Juez se queda asombrado.
¿Es un pene o la botella?...
La mitad la ha comparado.

Los maridos están quemados.
Cuentan su vergüenza ajena.
Las mujeres han claudicado...
La mitad son extranjeras.

Autor: Jesús Gutiérrez Pascual.- Guti.