El viento y las buenas olas;
empapan mi cuerpo hermoso,
en este otoño lluvioso...
Vuelo igual que una paloma.
.
Correteo por la orilla;
como una danzarina loca,
el salitre entra en mi boca...
Salto como una chiquilla.
Su sabor es muy salado;
yo pienso en cosas hermosas,
predecirlas son graciosas...
Para mi ser tan amado.
Soñadora y sonriente;
como bellas mariposas,
siendo la mar tan hermosa...
Cuando salto en los salientes.
Muy feliz e inocente;
espero a mi caballero,
con su caballo y sombrero...
Es muy guapo y muy valiente.
Mis penas y mis pesares;
se contraen en mi avaricia,
besos divinos y codicia...
Que me cuentan sus verdades.
Sin penas y sin malicias;
mi caballero es hermoso,
muy ardiente y muy furioso...
Que me embargan sus caricias.
Soy una chiquilla loca;
cuando estoy con mi tenorio,
es mi amante; no es mi novio...
Con dulces besos en mi boca.
Me han alejado de ti; por una denuncia falsa, hay mujeres que rechazan... Sea feliz en mi porvenir.
¡No me engañarán sus tramas; ni sus engaños tampoco, aunque me vuelvan tan loco... Que me convierta en un drama.
Mis sueños son sólo míos; ya no son de tu marido, porque nunca te ha querido... ¡¡Como te quiero Dios mío!!.
Entre leyes que me implican; por palizas y maltratos, miro su bello retrato... Y el dolor se multiplica.
¡Es su marido el culpable; de mi cruel alejamiento, dando alas al sufrimiento... El amor no ha de fallarle.
¿Como actúa la justicia; de implicarme en los maltratos, si pasamos buenos ratos... Con sus besos y sus caricias.
Ya sueño hasta con su pelo; con su boca color rosa, por sus ojos desespero... Con sus poemas y prosas.
Con su piel y con su aroma; con su fragancia a jazmines, de mis humildes jardines... ¡Eres preciosa paloma!.
Con sus pechos tan turgentes; tan duros como dos rocas, no me importa que las gentes... La miren, aunque sean pocas.
Que admiren su pelo en rosca. con esa piel tan morena, y ese mirar que da pena... Quedan las mujeres locas. Su cuerpo huele a canela; sus labios color de fresa, por mi culpa ella esta presa... Siendo su cuerpo candela.
Que ella no ha de merecer; ni esa triste condena, por ser una gran mujer... Mi amor siempre está, y espera.
.- ¿Que bonito es el amor?; cuando se quiere de veras, junto al río en la ribera... Y se entrega el corazón.
También en amor se llora; pero hay que saber perder, ya seas hombre o mujer... O siendo blanca paloma.
Uno pierde y otro llora; dos que no tienen razones, van rotos sus corazones... Y esto siempre se deplora.
Te contesta tu destino; con su voz de pura miel, vas destilando tu hiel... Que remueve tu intestino:
.- ¡Ay Carmela de mi alma!; aquí te dejo un poema, cuando escribes sientes pena... Pero impresiona tu calma Eres guapa y generosa; tu corazón va sangrando, los sentidos esfumando... Siendo linda y tan hermosa.
¿Que bribón te hizo aquel daño; que lloraste en tu cama, te nacieron siete canas... Lo secasteis con un paño.
Lo olvidasteis hace años; con lágrimas de princesa, renovando tu tristeza... Y buscasteis un buen apaño.
Siendo linda y muy graciosa; con un cuerpo fabuloso, con unos ojos preciosos... Siendo tierna y tan hermosa.
Eres bella y primorosa;
hueles a rosas y romero,
luces un rico sombrero...
Con tus risas tan graciosas.
Buscas amores perdidos;
tan ardiente y tan fogosa,
que tus pensamientos gozan...
¡¡Y a mi me tienes rendido!!.
.- Estoy loca y tan demente; ante tan bella visión, te miro desde el balcón... ¡Te quiero tan locamente!.
Desde abajo me suspiras; has visto desde la calle, en mi balcón el "detalle" Y casi ya no respiras.
El viento murmurador; de un otoño viejo y frío, como las aguas de un río... Sin sentimiento ni amor. Me comentas con tus ojos; con ademanes curiosos, un piropo muy hermoso... Lo comprendo y me sonrojo.
.- Macetas de lindas rosas; geranios y lindos claveles, nardos blancos en tus paredes... Y tu en el centro preciosa.
Campanillas color verde; alelíes y pensamientos, su aroma vaga en el viento... Y tu ojos que me pierden.
.- Sonrío y le envío un beso; y ardiente va mi mirada, creyendo que alardeaba... Al verlo bello y tan tieso.
Anoche me confundía; soñaba con ilusión, con sus besos que fluían... Que llenó mi corazón.
Sin malicia y sin razón; me sacié de sus dolores, pleno de miel y sabores... Los placeres del amor.
Me alegraba el corazón; con sus besos y caricias, con su cuerpo y sus delicias... Llenándome de pasión.
Como un torrente hacia mi; su pasión me enardecía, muy bajíto le decía... De un manantial que bebí.
.- Las amarguras más viejas; se las llevaron los vientos, queda brisa y sentimientos... Y se esfumaron mis quejas.
Su cuerpo una bendición; sus ojos negros de moro, sus caricias un tesoro... Y en mi cuerpo hay rendición.
Sus besos de dulce miel; me olvido de mi pasado, una vez que me has besado... Ya no destilo más hiel.
Besa mi cuerpo y mi alma; ¡¡cuanto te quiero Dios mio, esto es amor no es un "lió"... Mi cama y sentido aguardan.