Su cuerpo es como la brisa; entre mieses y amapolas, entre rosas con sus olas... Que se besan y acarician. El que me besa mi cara, como hermosas mariposas, tan lindas y tan hermosas... Con colorines muy raras.
Tengo celos de la lluvia; porque moja sus cabellos, preciosa como una novia... Con ese cuerpo tan bello.
Siento envidia y recelos; tengo miedo de perderle, que se convierten en celos... Sin querer ni prometerle.
Con los rayos del gran Sol; y con la luna temprana, han pasado tres semanas... Tengo herido el corazón.
Su cuerpo que es un tesoro; su boquíta son dos rosas, de pasiones olorosas... Con su pelo color de oro.
Con sus labios perfumados; con su aroma y su fragancia, que los noto en la distancia... Que me dejan embriagado.
Siento que se va el alma; cómo volútas de savia, siento celos, siento rabia... Que me condena su calma.
Si sus manos acarician; un cuerpo bello y extraño siento celos de sus risas... Siento miedo de su engaño.
Cuándo besa otros labios; cuando se abraza otro cuerpo, he dejado de estar cuerdo... Con pena lloro, y me enrabio.
Que manos desconocídas; la acarician y la aturden, dos manos muy bien cogidas... Un beso siendo muy dulce.
Se enajenan y se deslumbran; abandonando sus penas, de un abrazo que la encumbra... ¡¡Te quiero mujer morena!!.
Envidia de sus miradas; de su cara y de su pelo, de sus ojos que se hermanan... De color de caramelo.
De su busto; de su cuerpo, del señorío elegante, de mil miradas de cuervos... Cuando quise ser su amante.
Envidia de sus recuerdos; de su mirar candorosa, enojado que hasta muerdo... Siendo tan linda y hermosa.
Como lindas mariposas; de mil colores tan bellos, aletean con sus destellos... Su cuerpo lleno de rosas.
El amor no tiene edad; sin colores y sin razas, ¿la religión que más da... Si el amor no las rechaza.
Un cuerpo divino y prieto; con un pelo ensortijado, teniendo mucho respeto... Porque aún no la he besado
Sus pechos como punteros; sus piernas hechas de seda, como ven soy muy sincero... Es el placer que me queda.
Con aromas de mil rosas; con sus nardos y jazmines, con palmeras en mis jardines... Vivo con mi tierna esposa. Son sus manos amorosas; sus ojos son dos luceros, que se entere el mundo entero... Siendo tan linda y hermosa.
Siendo chiquilla graciosa; con sus estudios y modales, conquistando caporales... Reservandose sus cosas.
Vecina del barrio antiguo; hija de un gran caballero, de aquellos que usan sombrero... Que al verlo hasta me santiguo.
Una mujer de bandera; con la fragancia del campo, yo que la he querido tanto... Siendo mi mujer primera.
Su mirada clama al cielo; sus mejillas muy morenas, sus labios un bello poema... Me entra rabia, siento celos,
La envidian por su elegancia; cuando viste con gran gusto, más de una con disgusto... Oye requiebros con gracia.
La belleza de sus pechos; con sus pezones erectos, uniformes y tan rectos... La miraban con despecho.
No habiendo con tal aprecio; el candor de su mirada, sus labios de color grana... Para tener tal desprecio. Cuando el encanto se pierde; y ese gran amor se acaba, con el azul y con el verde... Se pierde lo que se alaba.
Me abandonó cierta noche; y perdí aquello que amaba, el cielo me reclamaba... Cuando oí el rumor del coche.
He tenido cien mujeres; más como ella ninguna, no he tenido gran fortuna... Ni en amor, ni en los quereres.
Sus risas cascabeleras; sus besos de ninfa hermosa, de claveles con mil rosas... Mi corazón se acelera.
La madrugada preciosa; insinuaciones salvajes, desnuda y con ultrajes... Tan divina y tan furiosa.
Tan hermosa con su encanto; junto al río, en su ribera, y se entristecen los Astros... Con brillo de primavera.
Conocer tanta belleza; hay miedo el no merecer, ello me da tal tristeza... Al verla palidecer.
Pasajera de mi amor; de mi cariño y mis actos, con este ferviente ardor... Que me inhibe sin contrato.
Hermosa y querida mía; eres dama de mis sueños, dueña de mis alegrías... Aunque yo no sea tu dueño. Señora de mis tormentos; mi reina de corazones, aunque sólo sea un momento... Los dos tenemos razones.
Enemiga de mis penas; rosa de los cuatro vientos, como un hermoso poema... Jazmín de mi amor primero.
Este amor recuperado; huele a nardos con amores, me encuentro desesperado... ¿Eres rompe corazones.
Fuente de vida gitana; enredos de mis anhelos, siendo pardo no soy lelo... Con buena samaritana.
Con angustia y descontento; con amor y desamor, algo triste y muy contento... Me has robado el corazón.
Me tienes enamorado; tus cadenas son muy fuertes, y yo he tenido la suerte... Que por fin ya te he encontrado.