"UNOS MUEREN Y OTROS NACEN".
En este mundo inseguro;
tras salir de aquella fiesta,
les confieso y les auguro...
Encontré damas dispuestas.
Mi vida era solitaria;
filósofo de carrera,
con facetas ordinarias...
Anduve la carretera.
Decidí ir caminando;
la noche era esplendorosa,
mi mente seguía opinando...
Que eran lindas y preciosas
En el camino desierto;
me encontré a una joven moza,
con sus ojos muy despiertos...
Llorando sobre tres rosas.
¿Porque lloráis tan perdida?;
con ese cuerpo tan tierno,
estáis cansada y rendida...
La vida no es un infierno.
.-Ha muerto mi pobre madre;
me dijo; me voy al cielo,
la enterraron esta tarde...
Y murió aquí; en el suelo.
.- Podéis perder la partida;
entre caos de duda y penas,
sin esperar a escondidas...
Vos sois muy rubia y morena.
La muerte no es bienvenida;
pero hay el sueño eterno,
quedaríais sorprendida...
¡De que no existe ese infierno!.
Pero hay amores tiernos;
que resucita al que muere,
en los momentos extremos...
Eso es lo que siempre duele.
Es pesar e incertidumbre;
el odiar la mala suerte,
y acabar en pesadumbre...
Y eso lo hace a uno mas fuerte.
La moza desconsolada;
me sonrió levemente,
muy triste y muy cansada...
Con su carita inocente.
No habían lágrimas en sus ojos;
su andar era ya mas fuerte,
nariz y ojos muy rojos...
Maduró su mala suerte.
"Guti". "El romancero".
"HAY SUEÑOS QUE SON REALES".
Voy a explicar otra historia;
medio buena y muy oscura,
mujeres que son la gloria...
Algunas son algo duras.
Hay sueños casi reales;
depende si son de amores,
algunos son en verdades...
Si lo son con sus razones.
Una mañana de mayo;
radiante y primaveral,
hora de quitarse el sayo...
Hacia un calor de verdad.
El aroma de las flores;
el olor a tierra seca,
mi pierna con mis dolores...
La vista de hierba fresca.
He cumplido los cuarenta;
represento sólo treinta,
mis piernas se me calientan...
Y algo menos representan.
Miro los verdes olivos;
amapolas y azucenas,
leía un pequeño libro...
Los leo casi a docenas.
Sentado en un viejo pino;
de una sombra muy cercana,
a la vera del camino...
Me reía y desbarraba.
Con buena sombra y con tino;
mis retinas se cerraron,
el libro San Agustino...
Soñé y no se percataron.
Mi vida era una mentira;
al menos estaba viviendo,
con vicios y resentida...
Y enfermedades gimiendo.
El hambre y hacinamiento;
entre guerras iban poblando,
de tantos niños hambrientos...
Mientras otros iban pecando.
Ya vivo y me estoy muriendo;
soy implacable con mi guerra,
apesadumbrado y mugriento...
Si no hay remedio me entierran.
Aires que lleva el mal viento;
la corrupción se hace dueña,
corrompe los sentimientos...
Y va muriendo el que sueña.
"SEGUNDO ACTO:
He visto tal desconsuelo;
con tanta envidia enojada,
mi visión iba hasta el cielo...
Vi una moza enamorada.
Siento su dulce llamada;
¿era amor o sólo vicio?,
mi sueño se suavisaba...
Soy caballero de oficio.
No había amor; si habían celos,
era un sueño muy glorioso,
seco se encontraba el suelo...
Entre pinos tan hermosos.
Era un lago de agua fresca;
el agua llana en la orilla,
y beben y se refrescan...
Tres mozas y una chiquilla.
Eran jóvenes y hermosas;
dos rubias y una morena,
la mocita era preciosa...
Las otras cuentan sus penas.
Me saludan con un beso;
y se quitan sus harapos,
me deslumbran con sus pechos...
Y respiro con trabajo.
Desnudas fueron paridas;
y desnudan se quedaron,
una se encontraba herida...
Vendada lleva una mano.
La morena me retaba;
me sonreían sus ojos,
una rubia recatada...
Se reía viendo el sonrojo.
En sus lindos labios rojos;
vi un deseo inapelable,
con sonrisa y sin enojos...
Con sus pechos tan notables...
Se acerco y me abrazaba;
me besaba como loca,
mis ansias se disparaban
Sentía sus babas en mi boca.
¡Desperté y quede tarado!;
un perro que me lamia,
encontrándose a mi lado...
¡Fue un sueño; perra la vida!.
Me levanté muy huraño;
de aquel pino viejo y fuerte,
el sueño me había hecho daño...
Anduve y apreté los dientes.
"Guti". "El romancero".
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