"UNA VENGANZA EQUIVOCADA".

"SE CONSUMIÓ LA VENGANZA".

Era infiel y muy hermosa;
como amante yo la amaba,
los juegos nos encantaba...
Con frases muy engañosas.

Maneras muy venenosas;
escandalo puro y duro,
liante y emponzoñoza...
Me sacaba del apuro.

Entre aromas de cien rosas;
con su fuerza y apariencia,
lucia sus carnes hermosas...
Treinta años de experiencias.

Lo que no se a ciencia cierta;
si merecía aquel castigo,
porque a mi me desconcierta...
De tenerme como amigo.

Muchas veces hasta maldigo;
los hazares de la vida,
hay casos que me prodigo...
De amiga; tengo querida

Me tenia atormentado;
siendo hermosa y lujuriosa,
aún no había escarmentado...
Porque la veía orgullosa..

Es lo malo de los juegos;
que te nacen varias canas,
me quemaba con su fuego...
Y me entraban aún más ganas.

Su máxima aspiración;
en sus juegos en la cama,
que me ataba a traición...
Con sus lujuriosas ganas.

Mis manos en la cabecera;
atadas con fuertes nudos,
su cara como la cera...
Que me dejan tartamudo.

Con un baile lujurioso;
se va quitando el vestido,
con porte tan orgulloso...
Sólo para pervertidos.

Traté de soltar mis manos;
pero estaba bien sujeto,
con mi fuerza como humano...
¡No sabia de que era objeto!.

Bailaba como una loca;
gesticulante y posesa,
le vi espuma por su boca...
Hice esfuerzos; ni por esas.

 


 "SEGUNDO ACTO:

Desnuda como una diosa;
viendo en sus ojos oscuros,
sus sonrisas muy odiosas...
Que tendría males muy duros.

Posturas libidinosas;
les cimbreaban sus pechos,
tan duras y tan hermosas...
Con miradas hacia el techo.

Mi corazón como el hielo;
paralizada mi vista,
ya comencé a tener miedo...
De aquella mujer tan lista.

Me acarició con sus dedos;
besandome en las mejillas,
besos dulces sin enredos...
¿Si era sólo una chiquilla?.

Se fue hacia la mesilla;
y sacó un largo cuchillo,
como una loca me chilla...
Y lloré como un chiquillo.

.- ¡Violasteis a mi hermana!;
y ella no tuvo perdón,
de esto hace tres semanas...
¡Eres mal hombre cabrón!.

¡Juré que me vengaría!;
del que le hizo aquel daño,
y hoy que ha llegado ese día...
¡Se acabaron los engaños!.

Noté la primera herida;
viendo su brazo bien alto,
mi vida necia y querida...
Terminaba en aquel cuarto.

Yo no se de que me hablaba;
¡nunca violé a su hermana!,
quería que la enamorara...
Es cierto; hace tres semanas.

No existen venganzas sanas;
me negué hacerle el amor,
no siendo samaritana...
Me causaba aquel dolor.

No era adulta su hermana;
apenas con quince años,
fue temprano; en la mañana...
Mi negación le hizo daño.

Mi visión se me espantaba;
mi sangre por las paredes,
mi cuerpo se alborotaba...
Y en mi agonía se pierde.

"Guti". "El romancero".

 
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