"MIS CUATRO PALOMAS BLANCAS".

"VERDE QUE TE ADORO VERDE".

-.¡Señoras muy buenos días!;
 ¿si quieren; muy buenas tardes?,
 a las cuatro las quería...
 ¡Muy ricas; entrada en carnes!.

Lindas y hermosas mujeres;
donde hay muchas princesas,
donde algunas en sus placeres...
Acobardan las tristezas.

¿Porque sus ojos me pierden?;
tan lozana y tan hermosa,
con esos ojos tan verdes...
Con esa cara graciosa.

Con su mirar orgullosa;
con su preciosa sonrisa,
pero un tanto caprichosa...
Con sus idas y con sus prisas.

Por ser mujeres hermosas;
que enamoran sus figuras,
son tan lindas y orgullosas...
Me llegan a la cintura.

Soy varón alto y apuesto;
los dos metros lo rebaso,
tengo ojos muy despiertos...
Y les doy un buen repaso.

Mi Rosa con ojos verdes;
con un cuerpo impresionante,
ese ha sido el detonante...
Que me mira y me pierde.

Verdes como el mar profundo;
tiernos como dos claveles,
sus miradas en otro mundo...
Verde como los laureles.

Mi Ana con ojos negros;
como las noches oscuras,
cuando la veo me alegro...
¡Me grita; sois cara dura!.

En el Olimpo una diosa;
como reina de un harén,
hay gentes que son odiosas...
Y la critican por cien.




"SEGUNDO ACTO:

Azules; los de María;
y unos pechos generosos,
ya sabia que la quería...
Con un cuerpo tan hermoso.

Lo de Karina castaños;
su cuerpo rebasa el diez,
ahí me duele; hay engaños...
¡Las cuatro requetebien!

El verde es gala en formato;
el azul verde del cielo,
siempre ha surgido el conato...
De los amores y celos.

Tienen un precioso pelo;
las rubias y las morenas,
cuando no miran al suelo...
Son lindas como poemas.

Eso dijo Don Torcuato;
entre mujeres hay bullas,
cada una en su retrato...
Con peleas y sus puyas.

La de los ojos oscuros;
con la otra ojos castaños,
entregan amor mas puro...
Pero siempre con engaños.

Y se guardan mas recato;.
bien la segunda y tercera,
con la cuarta un buen retrato...
Un gran amor; la primera.

El bosque en la primavera;
entre cientos van las flores,
un río muere en la ribera...
Se expande con mil colores.

Las esmeraldas son verdes;
en joyas muy valiosas,
donde sus ojos aparecen...
Tan cercana y tan hermosa.

Me repito más que el ajo;
obligación del poema,
las rimas dan su trabajo...
Y más con esta morena.




"TERCER ACTO:

¿Que me dicen de Karina?;
su hermosura la delata,
¿sera costal de otra harina?...
¡Porque siempre da la lata.

Su mejilla es muy temprana;
sus dientes treinta y dos perlas,
pétalos de rosa hermanan...
Con la fragancia que encierra.

¿Y la fragancia de Ana?;
con su pureza de hombros,
cuando me besa y me ama...
El resto ya  ni lo nombro.

Rosas de cuajo cubiertas;
con el carmín de sus bocas,
sus esencias siempre abiertas...
Siendo diosas que están locas..

Y sin embargo mi Rosa;
sé que se queja por bella,
la recortan por preciosa...
Las rojas son como estrellas.

¿Porque sus ojos son verdes?;
cree que la afea su cara,
si mis ojos se me encienden...
Para mi no es cosa rara.

Que aparecen en sus ojos;
húmedos y tan inquietos,
con su vestido tan rojo...
Y su cuerpo predispuesto.

Verdes hojas de mi almendro;
tempranas hojas de mayo,
que ni yo mismo lo entiendo...
Si me desprendo del sayo.

Con un soplo de aire tiembla;
con suspiros de mimosa,
será cuestión de la enmienda...
Por ser bonita y hermosa.

Las cuatro me llevan loco;
¿no sabría con cual quedarme?,
yo las amo poco a poco...
¡Pero oigan; no se alarmen!.




"CUARTO ACTO:

Miles de flores en campiña;
rosarios de margaritas,
las cuatro barbilampiñas...
¡Cuando se enfadan me gritan!.

Hay rosas que se marchitan;
los claveles por los suelos,
con sus espinas malditas...
Las cuatro miran al suelo.

Con sus cardos borriqueros;
con el pastoreo de ovejas,
con el vuelo de jilgueros...
Con un cantar de las viejas.

Ancianas que fueron bellas;
demacradas y achuchonas,
bebiendo de una botella...
Hay algunas pechugonas.

El sol que ha cubierto el prado;
cierta sombra en las montañas,
en su ciclo ha demostrado...
Que muchos días me engaña.

La nubes revolotean;
el viento mece su manto,
a lo lejos veo mi aldea...
Que es un verdadero encanto.

Con tanta rima no hay plagio;
poco trabajo en la prosa,
con música y sus adagios...
Son felices y muy gozosas.

De las cuatro tengo una,
me la como casi cruda,
le entrego estrellas y luna...
Sin palabras queda muda.

Es la mujer de mis sueños;
es muy fina e inteligente,
sus ojos verdes de ensueño...
Tan preciosa y tan decente.

¿Que miradas, que cuerpazo?,
que boquina, que ojos verdes,
que turgencias, son capazos...
Si la miro es que me pierde.

"Guti". "El romancero".

 
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