"UN ROMANCE CON UNA PASTORA".
.- Buenas tardes forastero.
.-Hola: - Respondí con gracia.
Con un rostro tan moreno...
Hermoso y con elegancia.
Dada vez largas distancias.
Hay saludos emocional.
Agenciada a militancias...
En la guerra nacional.
Indumentaria opcional.
Vagando en aquellas tierras.
Tan claro y tan racional...
Donde antes hubo sus guerras.
Los ancianos las recuerdan.
Vestían bien las de fortuna.
Las mozas iban con cuerdas...
Las ricas nacían en cunas.
Vestía prendas de maduras.
Chaqueta de grueso abrigo.
La falda color oscura...
Como prenda de castigo.
La Pastora era testigo.
En sus manos vi una vara.
Viviendo mal sin amigos...
Muy hermosa la encontraba.
Pero su voz y su cara.
Su corpiño era potente.
Era cuestiones muy raras...
Muy aniñada y decente.
Los andurriales sin gente.
Muy peligrosos de día.
Guerrilleros indecentes...
Con el hambre volverían.
Sus ojos me sonreían.
Su boca me reclamaba.
¿La Pastora qué quería?...
Aquella hermosa sultana.
Sorprendida le miraba.
Lo vio bello y amoroso.
Por su altura lo admiraba...
Por sus ojos entraba el gozo.
.- ¿Para donde vas buen mozo?.
¿Si es que se puede saber?.
¿A otro lugar más hermoso?...
No creo es mi parecer.
Ladrones al anochecer.
Los que nunca están de acuerdo.
Varios hasta embrutecer...
Según guardo en mis recuerdos.
- Yo me dirijo a mi Pueblo.
¿Si es que puedo merecer?.
De loco me he vuelto cuerdo...
Y quiero permanecer.
Las tierras claman su sed.
Muy pocos hoy las dirigen.
La Virgen de la Merced...
Hoy me controla y me exige.
Un trozo de tierra virgen.
Me espera a que la trabaje.
Esas tierras que maldicen...
La juventud por un traje.
Mi padre hizo el viaje.
Y lo enterré hace diez días.
La vida tiene marcajes...
Cosa que nadie quería.
Mi madre y mi tía María.
Ya tienen donde vivir.
Sin ellas no se que haría...
¡Yo no pienso dividir!.
¿Qué más se puede pedir?.
Para aquel harto de vino.
Lo tenía que despedir...
El hambre como Padrino.
Muy largo fue ese camino.
Hoy estoy feliz y ansioso.
En mi pueblo no hay vecinos...
El campo esta silencioso.
.- ¡Dices bien valiente mozo!.
No busques en Pueblo ajeno.
Tu lugar que es tan hermoso...
Mejor que en el extranjero.
Estoy muy contenta al veros.
Tu madre y quizás tu esposa.
Te esperaran con anhelos...
El campo hoy huele a rosas.
La vida es maravillosa.
La mayoría buscan oro.
Olvidando muchas cosas...
La gratitud y el decoro.
Ellas no quieren tesoros.
Los hombres son más golosos.
¡Con un te quiero y te adoro!...
Su esperanza va al pozo.
Quedose mirando al mozo.
Con una mirada tierna.
Lo que contaba era hermoso...
Lo mejor era su tierra.
¡Donde se nace se entierra!.
En las ciudades no hay paz.
Hay hambruna y mucha guerra...
Y en los despidos es brutal.
El hombre es un animal.
¿Si la Ciudad es bonita?.
Yo creo que está maldita...
Mejor seria otro lugar.
Los niños se han de educar.
Hace tiempo hay pocos partos.
Sin sitios para jugar...
Las madres con sobresaltos.
La Pastora hizo el alto.
En dos casas de colores.
Insinuando el reparto...
A sus perros servidores.
Tres fieros perros pastores.
Encerraron el rebaño.
Eran fieles labradores...
Valientes y con apaños.
Bien cerrado y bajo paño.
Por temor a los ladrones.
Que esto no sirva de engaño...
Que yo no voy de faroles.
Se miraron los rincones.
Bebieron de la laguna.
El ganado a tropezones...
Comenzó a salir la luna.
Sin decir palabra alguna.
Vi su prestancia graciosa.
Como mujer en su cuna...
Tan bonita y tan preciosa.
Vi sus miradas golosas.
Desarmó todas mis armas.
Viéndola atenta y ansiosa...
Atenuando su karma.
Se conmovía mi alma.
La vi triste y lujuriosa.
Mi desazón pedía calma...
Indebidas y ardorosas.
La hermosura de una diosa.
Fueron escenas ardientes.
La vi bella y vanidosa...
Viendo que estaba presente.
Lo que pensé fue decente.
Tras aquella bella altura.
Con su presencia inocente...
Embelesada en la luna.
Entre dos mantas su cuna.
Viendo sus pechos gloriosos.
Sus ojos negros de puma...
Brillaban muy generosos.
Con ademán lujurioso.
Se desquitó del sombrero.
Su pelo negro y hermoso...
Cayo en sus hombros morenos.
Reclamando su terreno.
Al final me ha convencido.
Fraguando lances toreros...
Como humano estoy vencido.
Vi un mar embravecido.
Con profundidad ignota.
Dos ojos embellecidos...
Con sus promesas remotas.
Viendo aumentar la cota.
Con su fuerte poderío.
Va subiendo gota a gota...
Ella se acerca y sonrío.
Con fuerza innata del río.
Tenebrosa en sus antojos.
Me entraron escalofríos...
Viendo su cara y sonrojo.
Sonreían sus lindos ojos.
Tan negros como su pelo.
Su cara con tonos rojos...
Su labios de caramelo.
En la visión un gran velo.
Entre la brisa y el viento.
Acariciaban mis dedos...
Entre mis carnes las siento.
Con un sutil movimiento.
Lleno de salero y gracia.
Casi con entendimiento...
Conteniendo su desgracia.
Su cercanía y arrogancia.
Las cuales son referentes.
Estimulan la ignorancia...
En la lucha frente a frente.
Tan hermosa e inocente.
Tan risueña y tan preciosa.
Que acaba de ver la muerte...
Con sus maneras ansiosas.
Sus miradas peligrosas.
A las cuales correspondo.
Como sultana amorosa..,
Comenzaron aquel rondo.
El hechizo prendió pronto.
Subyugante y plañidero.
Más me quedé como un tonto...
¿Era aquello verdadero?.
Me convertí en un guerrero.
Asalariado en la guerra.
¡No pidas pan al herrero!...
Porque se rompe la cuerda.
Me recordaba a mi tierra.
En mis más tiernas edades.
Donde se vive te entierran...
Y no había enfermedades.
Los más ancianos en edades.
Con sus trajes con remiendos.
Rememoraban verdades...
En las ciudades lo entiendo.
Con un galope tremendo.
Hay caminos diferentes.
Al cambiarlo estoy contento...
En mi guerra soy vehemente.
Hoy no convino mi mente.
Antaño todos mintieron.
Los pueblos vacíos sin gente...
Volvieron los que quisieron.
Mis ojos se sumergieron.
En sus aguas placenteras.
Las escenas con su fuego...
Con la Pastora promesas.
Dos grandes cajas la mesa.
Con dos mantas la hice mía.
Nunca sabes cuando besas...
Cuando amanece un buen día.
Mi diosa lo pretendía.
Mi cuerpo se compadece.
Con sus juegos me encendía...
¡De llegar hasta los trece!.
Un fuego que reaparece.
Muy mal escogió aquel día.
Las ganas desaparecen...
Ya le amaba y la quería.
Continua y proseguía.
Con ansiedad y desparpajo.
Llevábamos medio día...
Para mi fue un mal trabajo.
Con la pasión a destajo.
Con sus preciosos recuerdos.
Ella arriba y yo debajo...
Me besaba mientras muerdo.
La rebelión de dos cuerpos.
Del infierno y de la gloria.
Algo ciegos y medio tuertos...
Yo el amante ella la novia.
La vida como un noria.
La indecencia es muy oscura.
Pero eso es otra historia...
Otras muchas quedan mudas.
Las mayorías se escudan.
Por ser bellas y generosas.
Su felicidad en factura...
Las suplen las amorosas.
Las damas son como rosas.
Sus ojos negros de mora.
Afortunadas y hermosas...
Sonríen y nunca lloran.
Al cabo de muchas horas.
De descansar casi inerte.
Note a faltar la pastora...
¡No la vi estaba ausente!.
Sin futuro y sin presente.
Me levanté ensimismado.
Habían medidas urgentes...
Miré a tierra acongojado.
Como un varón desterrado.
Espero que siga viva.
Me ha querido y le he amado...
¡Era preciosa y divina!.
Para qué gastar saliva.
Que los sueños sueños son.
Y no tienen más salida...
Que una cruel separación.
Se acabó aquella lección.
Morena estaban mis carnes.
No tenía mas ambición...
Para poder molestarme.
Vi al gran Sol por la tarde.
Caer herido de muerte.
De aquel calor sofocante...
Moribundo sin la suerte.
Autor: Jesús Gutiérrez Pascual.- Guti.