"SUEÑO Y ROMANCE".
.- El pastoreo es un oficio;
como mi moza ninguna,
crea angustia; crea vicios...
Y no se hace fortuna.
Sin decir palabra alguna;
más su prestancia graciosa,
como mujer en su cuna...
Tan bonita y tan preciosa.
Era muy linda y hermosa;
mujer para enamorar,
con miradas orgullosas...
En aquel bello lugar.
Con su grácil caminar;
me enardecía la pastora,
¿me tendría que ocupar?...
Si es que me ríe o me llora.
Muy en el fondo me adora;
su mirar no era inocente,
eran bien inquisidoras...
Me quedó muy bien presente.
Más bien; pero de repente,
luchaba como un titán,
para apartar de mi mente...
Su gran figura real.
Esa fue mi gran verdad;
mi pastora era valiente,
su hermosura natural...
Ella ama hasta la muerte.
Esas escenas ardientes;
penando esas calenturas,
se encontraban tan presentes...
Tras aquella bella altura.
No vi en su boca dulzura;
vi una sonrisa de gozo,
roja de la calentura...
Vacío el fondo del pozo.
Con ademán lujurioso;
se desquitó su sombrero,
su pelo negro y hermoso...
Cayó en sus hombros morenos.
Nunca vi en aquel terreno;
tanta fama desbordante,
no era tierra de toreros...
Su cara era un estandarte.
Me miró solo un instante;
mitad luz y mitad hambre,
con su mirada distante...
Entre flores y sus estambres.
Me entraron hasta calambres;
de piedras habían tres mesas,
lleno un rincón de cochambres...
Y unos sacos de remesa.
Tan preñada de promesas;
de caprichos realizables,
con sus miradas tan tensas...
Tiernas y tan encomiables.
Con posturas amigables;
acorralado y vencido,
para mi era intocable...
Nunca estaba convencido.
Vi un mar embravecido;
con profundidad ignota,
dos ojos embellecidos...
Con sus promesas remotas.
Desnuda solo con botas;
siendo pequeñas de horma,
siendo hermosa me acogota...
Con su belleza me colma.
En su mirar y su formas;
y en su fuerte poderío,
la pastora se transforma...
Como la fuerza de un río.
Era invierno y hacia frío;
la miraba y me sonrojo,
me entraban escalofríos...
Sentía fieros enojos.
Sus dos bellísimos ojos;
tan negros como su pelo,
su cara con tonos rojos...
Su boca de caramelo.
Con un cuerpo de modelo;
con sus miradas valientes,
me besó la boca y frente...
En un monte de Toledo.
Su fragancia de romero;
guarnecido por el fuego,
su pasión fue lo primero...
Que buscaban lindos juegos.
Con movimiento en su cuello;
lleno de salero y gracia,
desfallecía en el degüello...
Conteniendo su desgracia.
Proseguía con constancia;
me besaba y me apretó,
se movía con elegancia...
Y yo sentía su temblor.
Su pesado chaquetón;
quedó cerca de su cuerpo,
como un villano opresor...
Como la cría de un cuervo.
¿No sabia si estaba cuerdo?;
me montaba una inocente,
la hermosa niña del pueblo...
Donde la quería su gente.
Me miró muy fijamente;
y se ofreció toda ella,
como ofrenda a un valiente...
Como una dama plebeya
Yo vi luceros y estrellas;
entre un vocablo indecente,
linda preciosa y tan bella...
Tuve la gloria presente.
Tan hermosa e inocente;
tan risueña y tan preciosa,
que acaba de ver la muerte...
Con miradas primorosas.
Abrazándome amorosa;
entre gemidos muy cortos,
sangrando estaba su rosa...
Cambiando el sitio; la monto.
El hechizo prendió pronto;
subyugante y plañidero,
más me quedé como un tonto...
¿Era aquello verdadero?.
No fui nunca un caballero;
fue una matanza de cuervos,
soy un modesto labriego...
Al final; los dos de acuerdo.
Me recordaba a mi pueblo;
en mis más tiernas edades,
donde se vivía de acuerdo...
Y no había enfermedades.
"Guti"."El romancero".